La gamificación: otra cara del aprendizaje
La educación escolar no suele ser la más divertida, aunque, el contenido desarrollado en ella sea de mucha relevancia para el aprendizaje de los niños y, la correcta aplicación del mismo, no acostumbra a ser algo precisamente motivador. Como adultos, entendemos la importancia de los aspectos mencionados anteriormente, pero, para los niños, se trata de tontas reglas. Por fortuna, para eso, contamos con la gamificación.
Tal vez te suene como un término nuevo, porque, aunque ha sido utilizada por mucho tiempo y, mucho más en la actualidad, para muchos resulta un concepto desconocido. Por eso, si quieres saber más sobre esta idea y de cómo se desarrolla tanto en aulas, como en otros ámbitos educativos, aquí te mostramos información muy relevante.
¿Qué es gamificación?
Antes de hablar con cabalidad sobre ella, primero debemos saber gamificación qué es: en pocas palabras, estamos ante una actividad del tipo recreativa conformada por juegos para abordar el aprendizaje en los estudiantes, usualmente es usada en niños, estudiantes de primaria.
Con ella, se pretende darle al alumno una experiencia mucho más grata en cuánto al conocimiento, para potenciar su aprendizaje a mediano y largo plazo, su compresión, y, posterior aplicación.
Par aplicarla, no hace falta ser un experto en gamificación educativa, basta con crear un juego adaptado a las necesidades de conocimiento del grupo o, del alumno individual, y emplear diversas estrategias para su correcta captación.
Aunque la gamificación se pueda observar como una herramienta didáctica innovadora, en realidad, lleva varios años siendo desarrollada, por supuesto, tal vez con un poco menos de sustento y de aprobación, pero, igualmente válida gracias a sus magníficos resultados.
¿Quién puede aplicar la gamificación?
Como ya te dijimos, en realidad, es un sistema sencillo y de fácil aplicación, por eso, puede ser utilizada por cualquier profesional dedicado a la enseñanza de a nivel escolar de primaria. Aunque, bien podría ser aplicada por cualquier otro experto del aprendizaje, debe ser preferiblemente por expertos en el área.
La gamificación educativa va mucho más allá de generar juegos al azar lo suficientemente entretenidos para mantener a los niños tranquilos por el tiempo. La función de ellos, es brindarle al estudiante las herramientas necesarias para su aprendizaje, y, por supuesto, para plasmar esa idea en un juego se requieren de conocimientos específicos sobre la capacidad de los alumnos y el interés de los mismos.
Por eso, si de poder hablamos, aunque podría ser aplicada por no expertos en la educación infantil, pero, preferiblemente, deben ser ellos quienes la desarrollen, para así asegurarse de la mejor absorción posible del aprendizaje. Sin embargo, aunque tal vez con resultados un poco menos precisos, puede ser ejecutados como estrategia por padres, tutores, cuidadores y maestros no especializados en el área infantil.
¿Cómo aplicar la gamificación en el aula?
A continuación, te mostramos las mejores maneras de llevarla a cabo para garantizar los mejores resultados posibles, considerando varios aspectos:
Utiliza las recompensas como recursos
Los niños son impredecibles, y, así como en una ocasión, pueden estar más emocionados que nadie por probar un juego nuevo, en otro momento, puede simplemente no apetecerles. Siendo así, en ocasiones, es necesario recurrir a un sistema de recompensas para captar su atención y asegurar su participación en los juegos.
Las recompensas pueden ser desde las más complejas, hasta las más simples. En los niños más pequeños puede bastar con un caramelo o un juguete muy sencillo, en los niños un poco más grandes, puede bastar con ofrecerles unos minutos más de descanso o, menos actividad para la casa. De una manera u otra, si el niño ve un beneficio más allá de la diversión, probablemente obtengas una respuesta positiva a su participación.
Aplica juegos grupales
En ocasiones, los niños pueden no sentirse muy motivados por ellos mismos, bien sea porque a su parecer han tenido un mal día o, porque en ese momento su mente está enfocada en asuntos de infancia más importantes. Por suerte, no hay nada más motivador para un niño que, otro niño. Por eso, para evitar el mal rato donde uno de ellos no quiera jugar, pueden ser integrados en grupos.
Además, dentro de los grupos, puede haber una lluvia de ideas lo suficientemente relevantes como para reforzar el aprendizaje y ayudar a los estudiantes a compartir conocimientos para asegurar la victoria del equipo. Aunque la competencia no es lo ideal, si a los alumnos se les da las mismas oportunidades y se les enseña sobre la competencia sana, la misma puede ser aplicada sin mayor problema.
Procura el entendimiento del funcionamiento y las reglas
La mayoría de los niños se sienten grandemente satisfechos con los juegos, sin embargo, si no los entienden del todo, pueden no parecerles muy atractivos e, incluso, generarles frustración. Por eso, antes de empezar a ejecutar el juego, debes procurar que todos los niños lo hayan entendido bastante bien y conozcan a la perfección todas las reglas y ejecución.
Solo así, la gamificación podrá ser aplicada de manera exitosa y verdaderamente funcional, tanto para quien la lleva a cabo como método de aprendizaje, como para los estudiantes. Y, si las reglas son ligeramente complejas, el encargado, puede aclararlo con los niños y, ejecutar el juego con las reglas más simple y, luego, integrándolo con las complejas.
En conclusión, ¿es realmente conveniente emplear la gamificación como método de aprendizaje?
La gamificación fue popularizada bajo este nombre en el 2008, sobre todo, con la aplicación de estrategias de aprendizaje virtuales. Desde entonces, se ha estado acrecentando cada vez más en cuanto a su uso.
A los niños les es mucho más fácil asimilar el contenido de una manera donde a ellos les resulte atractivo y conveniente. Asimismo, el refuerzo es más sencillo y, por ende, puede permanecer por mucho más tiempo en sus